1. La llegada:

Cuando llegues a casa con el nuevo gatito, NUNCA LO PRESENTES DE GOLPE a tu primer gato. Lo normal en estos casos es que se produzca rechazo, miedo y estrés por ambas partes. Mantén al nuevo inquilino dentro de su transportín un rato (incluso puedes taparlo con una manta para que no se vean sino que comiencen a olerse) y deja que se vayan conociendo. Si se bufan o protestan es normal. No les castigues ni les grites, sólo debes darles algo más de tiempo. Es mejor que acaricies sobre todo a tu primer gato para que se sienta seguro y no amenazado por su nuevo compañero.

De hecho, procura prestar más atención a tu primer gato para que sepa que no tendrá que competir por tus caricias con el nuevo gatito. 

2. El intercambio:

• Cambia el arenero de uno por el del otro sin limpiar para que se vayan acostumbrando al olor de su compañero. 
• Coloca algún juguete de uno en el espacio del otro
• Deja que exploren por separado el cuarto del otro. 

Así irán conociéndose mediante el olor. Repite este proceso al menos una vez al día hasta que se acostumbren el uno al otro. Si reaccionan positivamente es que estamos avanzando.

3. La asociación positiva: 

Cuando estés jugando con cada uno de ellos aprovecha para frotar un paño contra ellos y pon el paño de uno cerca del cuenco de la comida del otro (cuando los gatos están jugando desprenden feromonas). Lo que conseguimos con esto es unir dos estímulos positivos, que asocien la comida con el olor de su compañero mientras lo está pasando bien.

4. La comida: 

Ya están listos para comer cerca el uno del otro. Dales de comer a la misma hora, pero cada uno en su espacio, con una puerta entreabierta o de cristal a modo de separación para que puedan verse y olerse sin problemas. Asegúrate de que no pueden abrir la puerta e invadir el espacio del otro. Según vayamos viendo cómo reaccionan podemos ir pasando a la siguiente fase pero no tengas prisa porque puede tardar varios días. Por ejemplo, si comen sin gruñirse o bufarse es que están listos para comer juntos!!

5. La hora de la verdad:

Tú controlas los plazos. Sólo cuando veas que es seguro para ambos gatitos puedes dejar que se junten, preferiblemente en un lugar neutro. Pero antes:

• Es recomendable que les cortes las uñas por si hay algún conflicto para que nadie se haga daño.
• Consigue un pulverizador con agua para resolver posibles enfrentamientos.
• En ocasiones, ni el agua les separa así que te aconsejamos ponerles un arnés si quieres asegurarte de que el ataque no pase a mayores.
• NUNCA GRITES NI PEGUES AL GATO. Puedes castigar al atacante confinándolo en su cuarto durante una hora más o menos y luego volver a intentarlo cuantas veces sea necesario.

Puede que en esos momentos se miren o se huelan nerviosos y haya algún amago de ataque. Deberás estar atento y no dejarlos solos. Puede que tus gatos no se hagan amigos desde el principio por lo que deberás ir incrementando el tiempo que pasan juntos a medida que se vayan tolerando entre ellos. Recuerda dejarlos en espacios separados si van a estar solos en casa.

6. Los premios:

Cuando le des chuches o premios a uno dale también al otro, y si les gusta la malta, es conveniente untar un poco en su pata para que el otro le lave y creen vínculos. Dales más cariño y atención de lo habitual, sobre todo a tu primer gatito para que no se sienta desplazado.

7. Nuestra actitud influye:

Un último consejo: La sensación de seguridad y tranquilidad de los dueños se transmite directamente a sus gatos, generando un ambiente positivo y un hogar feliz.

El proceso puede llevarte más o menos tiempo pero si sigues estas sencillas pautas es casi seguro que conseguirás que tus gatos se lleven bien, y te aseguramos que merecerá la pena.